Muchos son los factores que influyen sobre la salud. Podemos hablar de las condiciones sociales, económicas y ambientales que marcan una tendencia general, pero ¿qué ocurre en el plano individual? ¿Qué pasa con nuestros alumnos y alumnas?
A grandes rasgos, se puede decir que existen condiciones sociales, económicas y ambientales, pero, individualmente ¿qué sucede con el alumnado? ¿Cuáles son las influencias que recibe? ¿De quién? ¿Recibe alguna influencia sobre, por ejemplo, las condiciones de vida y de trabajo? Hubo un tiempo en el que se podía decir: “Si no tienes un estilo de vida saludable, es porque no quieres: ¿Por qué no lo corriges? No bebas, no fumes, come adecuadamente, haz deporte…” y consigue un trabajo. Ahora sabemos que eso no es tan fácil. Las influencias sociales y comunitarias, los factores individuales de estilos de vida, edad, sexo, así como otras circunstancias, influyen en todos los aspectos de la salud y del desarrollo.
Como individuos no tenemos control sobre todos y cada uno de estos factores y circunstancias. Ésta es una de las razones por las cuales es complicado mantener una buena salud. Si centramos la atención en la población en edad escolar, sabemos que la familia es el primer entorno educativo donde el niño o la niña aprende modelos de comportamiento relacionados con la salud, los cuales se van complementando a lo largo de su vida con otros proporcionados por la escuela, sus iguales, sus contextos de ocio, su ámbito laboral y, de manera relevante, por los medios de comunicación, siendo este último el que tiene actualmente una mayor influencia en los estilos de vida de la sociedad. Pero, a pesar de todos estos condicionantes, la escuela tiene un importante papel en la adquisición y desarrollo de la promoción y la educación para la salud. Ya en los años 70 se utilizaron diferentes métodos para la mejora de la salud.
Se celebraban semanas temáticas como la semana del alcohol, durante las cuales se suponía que todo el mundo en el centro escolar (y quizá también en la comunidad) aprendía algo sobre el tema. No obstante, el modo en el que la educación para la salud se presentaba mediante temas aislados no funcionó. Los datos han mostrado un crecimiento en el consumo de alcohol entre los jóvenes y un inicio más temprano. Aunque los escolares y sus familias saben que un exceso en el consumo de golosinas y bebidas dulces no es bueno, hasta ahora el consumo de estos productos ha ido incrementándose enormemente.
La cantidad de niños y niñas con sobrepeso y obesidad está creciendo rápidamente en Europa. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado? ¿Son los medios y los anuncios quienes tienen una gran influencia en la vida diaria de la infancia y la juventud? ¿Es un cambio de las pautas de conducta de la vida familiar? ¿Es una falta de educación del consumidor? La escuela quiere contribuir al desarrollo de la salud mediante el enfoque de estos asuntos de manera conjunta entre la juventud, sus padres y su comunidad. Para que las escuelas sean capaces de apoyar este desarrollo es necesario que los programas de las escuelas promotoras de salud introduzcan un factor adicional para el desarrollo escolar, es decir, no tratar únicamente temas de educación para la salud, sino integrarla dentro de la organización del centro; hacerla presente en el currículo, en los documentos institucionales, en la formación del profesorado y en su funcionamiento global. En definitiva, hablamos de un cambio en el entorno emocional, mental, social y físico de una escuela.
Os deseo buena suerte en vuestro trabajo futuro.